Os
saludo por última vez, al menos en este blog, ya que espero encontrarme con
todos y cada uno de vosotros en algún colegio y haciendo lo que nos gusta.
Esta vez
os escribo para dejaros un documento que trata sobre las animaciones lectoras,
el título ya lo dice todo: Las mejores actividades de animación a lalectura. Muchas de las actividades que propone ya las conocemos y otras,
posiblemente, os resulten nuevas. No obstante, nos ofrece algún consejo para
lograr el mejor funcionamiento de estas, por eso me parece interesante aunque
ya conozcamos algunas de las propuestas didácticas que presenta.
Espero
que os guste y que os aporte ideas como me ha sucedido a mí.
Esta respuesta tan simple y tan
escuchada en las aulas de Primaria, oculta tras de sí un aspecto que debemos
tener en cuenta: los alumnos están interpretando que la película refleja,
fielmente, los contenidos de dicha obra; por lo que, consecuentemente, nunca
tendrán interés por leerla.
Para muchos puede que esta
situación no les resulte relevante, al considerar que no hay necesidad de leer
una obra adaptada cinematográficamente, cuando existe la posibilidad de leer
otras que no lo están.
Sin embargo, si actuamos de ese
modo estaremos cometiendo un gravísimo error ya que estaremos alejando a
nuestros alumnos de su formación literaria. Pues existe una versión
cinematográfica de la gran mayoría de las obras que pertenecen al canon
literario. Por tanto, al no leerlas se estarían desaprovechando magníficas
oportunidades de aprender y de enriquecerse a través de estos clásicos.
Por tanto, si pretendemos
fomentar la competencia literaria, será necesario despertar en nuestros alumnos
la curiosidad y el interés de leer un libro, a pesar de que ya hayan visto su
adaptación cinematográfica.
A simple vista puede resultar un
auténtico reto. Pero considero que se puede lograr por medio de analogías que
les permitan comprender y valorar de una manera crítica que no es lo mismo que
te cuenten una historia que leerla personalmente.
Una manera de ejemplificar esta
situación, aproximándonos a la realidad de los alumnos, sería preguntándoles qué
les gustaría más, si ir a un parque de atracciones o por el contrario, ver un
vídeo del parque de atracciones.
Así pues, mediante este planteamiento se
podría establecer un pequeño debate sobre las diferencias que pueden existir
entre experimentar de primera mano una situación o que alguien nos lo
transmita.
De ese modo, las conclusiones a las que llegasen se podrían
extrapolar al tema que nos ocupa, es decir, a las obras literarias y a sus
adaptaciones cinematográficas; pues como docentes, debemos hacer hincapié en
que la verdadera aventura se vive y experimenta a través de un libro pero no a
través de su reflejo.
Mi
siguiente entrada es para aconsejaros este blog titulado Libros y Literatura.es, un blog de reseñas y noticias literarias que he encontrado
creado por un grupo de lectores y lectoras apasionados por las letras donde
intercambian opiniones e ideas sobre la Literatura.
Es un
blog en el que se busca la participación, permitiéndote formar parte del equipo
de redactores.
En él,
podéis encontrar tanto reseñas de libros como booktrailers. Además, tiene
distintas categorías de libros para que seleccionéis el género que más os
guste.
Desde mi
punto de vista, para poder enseñar a escribir, a hablar y a leer bien a los
alumnos primero debemos hacerlo nosotros y la mejor manera de conseguirlo es
leyendo.
Este
blog es una buena forma de crear el hábito lector en aquellos que aún no lo
tengan adquirido.
Resumiendo,
es importante leer porque se habla, se piensa y se escribe mejor cuanto más se
lee, por eso ¡Os animo a ello!
A lo
largo del grado de Maestro en Educación Primaria y en las asignaturas de
lengua, hemos escuchado muchas veces el nombre de Daniel Cassany. Me gustaría
que nos centrásemos en su obra Construir la escritura. Tras leer
aisladamente algunas páginas, para la elaboración de actividades de escritura
dentro de la unidad didáctica que tuvimos que hacer, me di cuenta que es una
gran herramienta en la que ofrece algunas fórmulas para abordar la escritura
con los alumnos y que esta sea más significativa dentro de un enfoque
comunicativo-funcional.
Os paso
una reseña de la obra en la que queda más explícito de qué va la obra. También
os recomiendo este video que fue elaborado por un estudiante en el que en diez
minutos muestra la esencia práctica de la obra de Cassany, con la que podemos
tener una primera idea de este enfoque para trabajar la escritura en el aula.
En esta
entrada hablaré de las TIC. Respecto al uso educativo de las TIC hay una línea
argumental que se basa en la necesidad de aprender su manejo, por su
importancia social y económica. Se trata de razones que hay que considerar,
pero creo que también se puede criticar esta habitual visión tecnologista.
También suele insistirse en el interés que suscitan las TIC en sí mismas como
argumento educativo, para incrementar la motivación por el aprendizaje. Se
puede contestar a ello que no todo el mundo tiene el mismo interés (aunque sí
suele ser atractiva su utilización para niños y jóvenes) o, con una
argumentación más contundente, que la motivación para el uso de medios
tecnológicos no implica una motivación para los aprendizajes buscados.
Me
gustaría destacar que las TIC son buenas, pero si se utilizan como herramienta
para realizar aprendizaje de verdad y acciones de varia índole. Hoy en día el
empleo de las TIC parece constituir una necesidad educativa. Las Tecnologías de
la Información y la Comunicación son incuestionables y están ahí, forman parte
de la cultura tecnológica que nos rodea y con la que debemos convivir. Por esta
razón me gustaría resaltar las razones para integrar las TIC en el aula. La
primera es que en la escuela se debe facilitar la alfabetización digital de los
alumnos para que sepan aprovecharla en su aprendizaje. La segunda es que
debemos aprovechar las ventajas que nos proporcionan para mejorar la
productividad cuando realizamos actividades, ya que las TiC, bien empleadas,
reducen el tiempo y el esfuerzo para llevar a cabo múltiples actividades. La
última razón, y la que considero más importante para no caer en la
banalización, es que se debe innovar en las prácticas docentes
aprovechando las posibilidades didácticas que ofrecen las TIC. No se trata de
innovar porque sí.
Después
de esta breve exposición, y valorar no las TIC, si no el buen uso de ellas como
algo positivo que puede ayudar en el proceso de enseñanza-aprendizaje, os
presento un link en el que podremos encontrar RECURSOS TIC EN EL ÁREA DE LENGUA
Y LITERATURA. En ella podremos encontrar muchas páginas relacionadas con el
área que nos ocupa y también un amplio catálogo de actividades interactivas que
pueden ser muy útiles si sabemos valorar adecuadamente cuando hemos de
utilizarlas y si conseguimos el objetivo con ellas, y no las utilizamos por
utilizar.
Aprovechando
esto últimos días en los que podemos aprovechar para hacer algunas aportaciones
en nuestro blog, he decidido dedicar esta entrada a las TIC.
Como
todos sabemos, durante estos años de enseñanza, muchos compañeros, e incluso
yo, hemos hecho actividades en las cuales era preciso el uso de los ordenadores
como apoyo o soportes y hemos dicho que estábamos tratando las TIC y, como era
de esperar, estábamos equivocados.
Según
comenta el conferenciante que os ofrezco más adelante, los docentes pasamos por
diversas fases y, en este momento, estamos en la Segunda: Adopción. Ésta
consiste en hacer lo mismo que hacían y hacen otros maestros sin ordenadores,
por ejemplo: emplear el proyector y una presentación PowerPoint como una
pizarra. En definitiva, se usa la tecnología pero no hay innovación.
Y como
vale más una imagen que mil palabras, os recomiendo este vídeo que es
muy interesante. Trata sobre aquello que deberían ser las TIC, empleando
definiciones, en las aulas y diferentes estrategias didácticas para trabajar
las competencias digitales.
El vídeo tiene
un tiempo algo extenso, pero os lo recomiendo enormemente y os animo a que lo
veáis. Este pertenece al IV Congreso Regional de Educación.
El
artículo “Las nuevas corrientes de la literatura infantil” de Juan Cervera
Borrás, extraído de la Revista de la Federación Española de Religiosos de
Enseñanza, núm. 83 (mayo-junio 1975), pp. 349-364; hace mención a
la literatura infantil, que siempre ha estado al margen de las tareas
educativas y nunca ha tenido consideración dentro del estamento docente, y
cuando ha logrado entrar ha sido a través de biblioteca de aula.
Lo
cierto es que cuando se ha estudiado literatura se ha hecho de una forma
historicista, extrayendo principalmente la vida de los autores clásicos, que no
tienen nada que ver con lo que los estudiantes se encontrarán en sus lecturas
diarias.
Por otro
lado, es importante que los docentes conozcan “las realidades literarias y
subliterarias que están de moda" para poder relacionarlas con la gran
literatura y acercarla, así, al alumno.
Respecto
al tratamiento de la literatura podemos incidir que en occidente es fácil
encontrarnos con antiautoritarismo fuera del ámbito escolar. Aunque dentro
de él sigue transmitiéndose mediante los libros de texto, recordando a los
niños su condición de ser pasivos y obedientes. También sobresale el sexismo de
la educación literaria (el niño como héroe frente a la niña), aunque poco a
poco esto ha ido cambiando. Al mismo tiempo, destacar que los autores no
rehúyen la realidad, sino que tratan temas como el de familias segregadas o la
homosexualidad.
En
Rusia, en cambio, la literatura está muy dirigida, ya que se marca pautas a los
escritores, predominando la poesía y empleando temas centrales como: el amor
por la paz, la devoción por la ciencia y la técnica, y las virtudes
morales.
Aunque
es difícil establecer características comunes para en este mundo, se pueden
observar ciertas coincidencias, como:
- La
literatura infantil es muy cercana a la literatura de adultos.
- Carácter
nacionalista.
Frente a
estas actitudes los organismos internacionales, como la UNESCO, han intentado
favorecer la literatura de amplias zonas regionales y no la de países limitados
por fronteras políticas.
Por otro
lado, cabe destacar que la presencia de la crítica en la literatura es casi
evidente para el mundo de hoy. No obstante, hay que señalar que esta crítica
tiene una forma de presencia totalmente distinta en el mundo occidental y en el
mundo soviético. La cabaña del tío Tom, por ejemplo, en 1852 y en aquel
ambiente, un avance en la lucha contra la esclavitud. En cambio, en Rusia,
además de presentar una visión atrasada del tema, no hace hincapié en la
problemática propia, sino ajena. Se debe reconocer que la crítica soviética,
persigue un adoctrinamiento dentro del sistema, mientras que la crítica
occidental busca la purificación.
Por
último, el autor habla de la importancia de conocer la evolución de la
literatura infantil en Occidente, para comprenderla. Así pues, esta literatura
buscará ofrecer al niño una realidad paralela en la que esté a salvo, donde se
pueda encontrar feliz, dotando a la literatura de fuerte carácter didáctico. La
literatura infantil, aunque ya lleva un gran camino andado, seguirá buscando
apoyos en la psicología evolutiva, con tal de ir afianzando una literatura
infantil cada vez más consciente y acertada.
Los maestros de educación
primaria poseemos unos conocimientos generales sobre cada una de las áreas del
currículo. Como profesionales y miembros de la comunidad educativa tenemos un
compromiso con los niños y con la sociedad. Por consiguiente, es imprescindible
no dar por concluida nuestra formación académica bajo ningún concepto. Constantemente,
deberemos renovar y ampliar nuestros conocimientos para tratar de
especializarnos en cada una de las áreas que vamos a impartir. Pues cuanto
mayor sea nuestro dominio en un campo, claramente, estaremos más cualificados
para enseñarlo.
Teniendo esto en cuenta y
ciñéndonos al área de Lengua y Literatura, se podrían destacar diversos
aspectos y contenidos sobre los que nos podríamos especializar. Concretamente,
quisiera señalar la posibilidad de especializarnos en una competencia que,
generalmente, ya se considera dominada; ésta viendo siendo la siguiente: la
competencia escrita.
Desde mi punto de vista, para
lograr el dominio de dicha competencia, por una parte, resulta esencial
adentrarse y sumergirse en el mundo de la lectura, para poder explorar y leer
todo tipo de textos: literarios, académicos, científicos…Pues de ese modo,
podremos impregnarnos de diferentes estilos discursivos que nos permitirán
enriquecer nuestras composiciones escritas. Y por otra parte, es fundamental
que desarrollemos un hábito para escribir, ya que con la práctica toda destreza
se mejora.
No obstante, quisiera hacer
constar que también existen manuales de escritura que nos pueden resultar
útiles, en cierta medida. Pues en ocasiones nos pueden orientar sobre cómo mejorar
nuestros escritos.
Así pues, como manual de
redacción os recomiendo, particularmente, La
cocina de la escritura de Daniel Cassany. Dado que a través de sus
capítulos, se puede observar y valorar todos aquellos aspectos que se deben
tener en cuenta a la hora de elaborar un texto, para tratar de garantizar
una comunicación eficaz entre el receptor y el emisor.
Además, esta obra ofrece una gran
variedad de consejos y recursos que permiten reflexionar, constantemente, sobre
cómo se puede elaborar un escrito y sobre los beneficios personales que se
pueden derivar de la escritura.
Por último, debo señalar que este
manual resulta interesante ya que todas las recomendaciones que figuran en
éste, nos pueden servir de guía para indicarle a un alumno cómo puede mejorar
sus escritos.
Cuando
nos anunciaron que deberíamos hacer un Booktrailer,
nuestro grupo decidió que para ello leería la obra de Don Juan Tenorio de José
Zorrilla. Como todos nos leímos el libro y teníamos una idea de cómo podía ser,
lo hemos elaborado y aquí os lo ofrecemos.
El mayor
enemigo de los estudiantes. Y aunque no lo parezca, también de los docentes.
En la
carrera nos enseñan a efectuar una evaluación sumativa, a valorar el proceso y
tener en cuenta el progreso del alumnado.
En los
colegios, nos imponen una evaluación final, con una calificación determinada.
Y
nosotros como futuros docentes nos encontramos en medio.
¿Qué
debemos hacer?
Somos
conscientes de que el esfuerzo y el proceso es mucho más importante que el
resultado final. Y aun así, debemos hacer mención a este resultado. Pero más
problemático aun es el hecho de que cada alumno es diferente, y cada uno debería
ser evaluado de una manera, pero en la práctica pocos son los casos en los que
esta regla se cumple.
Sí,
supongo que ante este hecho, todos afirmaréis que está en nuestras manos
cambiar esto. Y yo estaré de acuerdo con vosotros.
Pero, ¿no
creéis que tenemos que cambiar demasiadas cosas?
La
metodología, las actividades, los enfoques, los recursos, la práctica, la
evaluación, las programaciones…
En fin,
una cantidad demasiado ingente de cambios para la poca gente que está dispuesta
a intentar llevarlos a cabo en la realidad.
Por
desgracia, hasta que consigamos concienciar a más docentes de la necesidad de
cambios y nosotros podamos luchar en las aulas por ellos, esto es lo que nos
encontraremos:
En la universidad nos han
repetido, una y mil veces, que a la hora de diseñar una unidad didáctica es
imprescindible, por una parte, plantear unos objetivos, unos contenidos y unos
criterios de evaluación claros y concisos. Y por otra parte, especificar el
tipo de metodología a emplear, las actividades a desarrollar, así como, los instrumentos
de evaluación a utilizar. Sin la menor duda, se trata de una lección que hemos
aprendido; prueba de ello, son las unidades didácticas que hemos diseñado en
esta área.
Ahora bien, aunque todas las
unidades comparten la misma estructura, obviamente, no todas se han
desarrollado de igual modo. Por tanto, en ocasiones se puede detectar como
alguna de éstas, por su planteamiento, puede resultar, en mayor o menor medida,
idónea para lograr un aprendizaje significativo.
No obstante, no nos engañemos. Seamos
conscientes, en todo momento, que la estructura de una unidad didáctica no
garantiza que el proceso de enseñanza-aprendizaje resulte, más o menos,
significativo. Esa responsabilidad recae sobre nosotros mismos.
Algunos pueden ser auténticos
genios programando y diseñando unidades. Pero esa habilidad no lo es todo, ni
mucho menos. Porque si no se tiene la capacidad para comunicar y transmitir
conocimientos, si no se tiene pasión cuando se enseña, sino se cree en lo que
se enseña, por muy excelente que pueda resultar una unidad didáctica, el
aprendizaje está condenado al fracaso.
Por esta misma razón, aunque en el
planteamiento de una unidad se puedan detectar ciertos errores, ésto no implica
que el docente esté menos cualificado que el resto. Su cualificación se
demostrará, realmente, durante el desarrollo de las clases. Ya que será entonces,
cuando se podrá observar y valorar si es capaz de detectar los errores que se
habían cometido en el diseño y si tiene la capacidad de reaccionar modificándolos.
En el
siguiente documento que os paso en pdf se proponen técnicas y recursos que
algunos maestros-as han aplicado en sus aulas para desarrollar las habilidades
y destrezas implicadas en los subprocesos que intervienen en el acto de
escribir, descritos por Cassany y Camps, que son: buscar, organizar y
desarrollar las ideas, redactar, evaluar y revisar. A modo de ejemplo:
- Estrategias
para buscar ideas: frases empezadas, juegos con los cuentos, binomio
fantástico…
- Estrategias
para organizar las ideas: esquemas de los diferentes tipos de textos.
- Estrategias
para redactar: organización espacio-temporal de los contenidos, creación de
campos semánticos, listado de diferentes tipos de conectores…
Ahora
que estamos en el Prácticum II os puede servir para plantear vuestras
actividades.
El siguiente recurso me ha parecido
muy interesante porque tiene como principal objetivo el desarrollo de la
competencia lectoescritora del alumnado, fundamental para la adquisición de
nuevos aprendizajes.
Es necesario enseñar a los alumnos
a leer de manera comprensiva la información, extraer los datos principales,
elaborar un resumen de esa información y, en última instancia, ser críticos con
la misma, en definitiva, a tenemos que enseñar a aprender. Es por ello que este
programa no pretende que los alumnos aprendan nuevos contenidos sino que
adquieran y perfeccionen las mejores herramientas para conseguir futuros
aprendizajes: la lectura y la escritura.
La lectura y la escritura están
presentes en todos los demás contenidos, por ejemplo: para la resolución de un
problema de matemáticas. El niño hace mal el problema, no porque no sepa
realizar la operación pertinente, sino porque no comprende el significado del
problema en cuestión. Podemos seguir insistiendo en el aprendizaje de los
algoritmos de la suma, la resta, etc. pero, sin restarles relevancia (que la
tienen y mucha), ¿qué es más importante? ¿Saber realizar la operación o conocer
qué operación hay que utilizar?
Este software nos proporciona
actividades y juegos de animación a la lectura y viene acompañado de dos guías:
una didáctica y otra detallada. En la primera, podemos encontrar los objetivos,
contenidos que se trabajan, orientaciones metodologías y evaluación. Reflejo de
que su creación ha sido realizada por un grupo de maestros acostumbrados a
planificar y programar, uno de los puntos por los que más me ha gustado este
recurso. La segunda guía ofrece todos los juegos y actividades que se pueden
realizar, detallando en cada uno de ellos las instrucciones, la edad a la que
va dirigida y la gradación de la dificultad, ya que todos los alumnos no poseen
el mismo ritmo de aprendizaje, ni poseen las mismas destrezas previas. Ambas
guías están en pdf para que te las puedas descargar. Además, tiene una opción
de accesibilidad para casos en los que no se pueda utilizar el teclado.
Os aconsejo que le echéis un
vistazo porque os va a sorprender, además de proporcionaros multitud de
actividades para aplicar en el aula.
Estimular el interés y gusto por la lectura constituye uno de los propósitos básicos que la etapa de la Educación Primaria debe impulsar. La lectura es una herramienta fundamental para promover niveles adecuados de aprendizaje en todas las áreas y el desarrollo de las capacidades cognitivas, socioafectivas y lingüísticas.
Para ello es necesario conocer recursos para fomentar la lectura en los alumnos. A continuación me gustaría compartir una página que descubrí y de la que pasaré a hacer una breve introducción para que sepáis en qué consiste y veáis que puede aportarnos multitud de ideas.
El Servicio de Orientación de Lectura (S.O.L.) es un recomendador de lecturas y no un buscador de libros. Es el lugar donde se acompaña y guía al visitante, ya sea niño o adulto, según sus preguntas e intereses. Hay más de 10.000 referencias iniciales. El acceso a los contenidos puede realizarse por itinerarios adaptados a los distintos tramos de edad: para lectores menores de 5 años acompañados; para los de 6 a 8, 9 a 11, 12 a 14, 15 a 18; y también para adultos, familias, profesionales y lectores. Los profesionales pueden consultar una amplio catálogo de actividades de fomento de lectura planteadas como recetas para realizar en diferentes contextos: campañas, clubes de lectura, presentaciones de libros, exposiciones, programas para niños y padres, etc.
En definitiva es una herramienta que nos puede servir para que los alumnos elijan que leer sintiéndose ellos como los que deciden qué leer y así no ver la lectura como algo impuesto y cerrado.
El
artículo "¿Qué hay de natural en una lengua?. Las normas ortográficas no son nada naturales. ¿O sí?" del autor Enrique Bernárdez expone el sinsentido de esperar
que las normas ortográficas del castellano sean aplicables a todas las lenguas.
Consideramos muchas veces erróneo pronunciar celeste con el sonido de la s
porque pensamos que es más natural hacerlo con la z castellana, por tanto
¿todos los hispanohablantes se equivocan?
El
autor hace una reflexión de cómo las normas ortográficas han ido cambiando a lo
largo de la historia en varios países sin que se produjesen por ejemplo, modificaciones
en su pronunciación.
Os
lanzo ahora estas preguntas, ¿pensáis que sería necesario cambiar algunas normas
ortográficas del castellano? Y si se produjesen cambios, ¿supondría un gran
problema para la sociedad? O por el contrario, ¿sería muy beneficioso?
Como todos sabemos, uno de los objetivos
de la lectura es resultar una actividad placentera, de manera que el disfrute
que nos produce no tiene edad. También habría que remarcar que es cierto que en
las primeras edades las capacidades de imaginar y entusiasmarse están más
despiertas y es cuando debemos comenzar a crear hábitos y reforzarlos tanto en
casa como en el colegió.
Con tal de fomentar este objetivo, aquí
os dejo un artículo que pretende promover la lectura tanto en niños como en
adultos y para lograrlo, propone el uso de la radio.
Desde mi punto de vista, es una forma
muy atractiva de incitar al alumnado a la lectura, ya que la radio entra en la
escuela y son los propios alumnos, entre otros, los protagonistas.
La enseñanza de la literatura
resulta un aprendizaje tedioso y absurdo para la gran mayoría de los alumnos.
Esta visión de la literatura evidencia, claramente, que el proceso de
enseñanza-aprendizaje no está resultando significativo. Por tanto, si pretendemos que esta situación cambie, es necesario
que busquemos y reflexionemos sobre nuevas formas de actuar.
Así pues, partiendo de esta idea, he encontrado interesante y enriquecedor exponer, seguidamente, el enfoque
didáctico que Daniel Cassany planteó sobre este tema en en una de sus conferencias.
En primer lugar, Cassany propone
establecer una conexión entre el mundo literario y el mundo del alumnado; dos
mundos tan distantes pero tan cercanos a la vez. Pues tal y como comenta a
través de su conferencia, debemos ser conscientes de que los alumnos son
lectores y escritores de un clase de literatura; la que ellos mismos componen a
través de sus escritos.
Por ello, insta a los docentes a conocer y a
analizar la literatura que pueden llegar a crear los estudiantes fuera de la
ley; fuera del sistema educativo. Es decir, pretende que nos percatemos y
valoremos qué escriben y qué leen nuestros alumnos cuando son libres de dejar
volar su imaginación y su creatividad ya que no tienen unas directrices a seguir.
Pues a través de estas
composiciones, se puede tratar de descubrir qué les motiva a escribir de un
modo u otro y qué les reporta. Así como también, se puede observar cuál es la
capacidad que tienen los alumnos para generar o modificar sus propios textos.
De ese modo, partiendo de lo que
saben y de sus motivaciones se puede tratar de establecer un acercamiento entre
los discentes y la literatura. Dado que se podrá trasladar al aula, aquellas
actividades que les resultan más significativas y que permitirán emprender
nuevos aprendizajes.
Ahora bien, si queréis obtener
una información más detallada acerca de esta perspectiva educativa, os
recomiendo que visualicéis la conferencia que Daniel
Cassany realizó sobre este tema. Ya que mediante esta entrada, he tratado de reflejar las
aportaciones más relevantes que ofreció, con lo cual, he pasado por
alto diversos aspectos.
Concretamente, esta conferencia se puede visualizara a través de dos enlaces:
Muchas veces no sabemos qué actividades realizar de animación
a la lectura. Una de las mejores que se pueden trabajar en los primeros años de
escolaridad, es la narración de historias.
A continuación, tenéis un vídeo que muestra los diez
puntos principales para ser un buen narrador de historias. Es un recurso muy
útil para los profesores porque mejora sus habilidades lingüísticas, algo
imprescindible para captar la atención del alumnado.
Las escenas con alumnos que aparecen dentro de este vídeo
se grabaron en diferentes talleres impartidos por Beatriz Montero en centros
del Instituto Cervantes.
Todos nosotros, futuros maestros, estamos
aprendiendo una cierta diversidad de conocimientos que pretendemos en algún
momento poner en práctica.
Un aspecto que todo el mundo nos vende
como imprescindible en las aulas es el Aprendizaje Cooperativo o, en su
defecto, defiende el Aprendizaje Colaborativo.
Mi reflexión surge ante el hecho de que
para hacernos ver la importancia de este tipo de aprendizaje, nos hacen
partícipes del mismo. De modo que seamos nosotros quienes trabajen de esta
manera. Opción práctica y útil, ya que es más fácil aplicar algo que conoces de
primera mano.
La pregunta es: ¿realmente sabemos lo qué
es el Aprendizaje Cooperativo y lo que conlleva? ¿Y la diferencia de éste con
el Aprendizaje Colaborativo?
Y no sólo eso… ¿realmente sabemos
trabajar en grupo, ya sea de manera cooperativa o colaborativa?
En cuanto a la segunda cuestión me arriesgaré afirmando que no. La mayoría de nosotros no sabe trabajar en grupo, sí, hacemos
algo similar. Pero, en realidad, sólo unos pocos tienen la capacidad de trabajar
de ese modo. Por supuesto, esto es un
problema, porque, ¿cómo fomentas algo que tú mismo no sabes llevar a cabo?
Por ello, os animo a reflexionar y a ser
conscientes de ver en qué consiste el verdadero trabajo en grupo e
intentar adaptarse a las situaciones. No digo que cambiemos nuestras formas de
ser, ya que el liderazgo en muchas personas es innato y les dificulta esta forma
de trabajo; pero sí la forma de actuar, teniendo en cuenta las opiniones del
resto del grupo y las críticas que nos puedan ofrecer, pues debemos tener en cuenta que en un trabajo en grupo todos los miembros trabajan con el mismo fin: obtener el mejor resultado.
Desde hace décadas, el género literario que apenas es leído
por una minoría es, como bien sabemos todos, el género lírico. La cuestión es
¿cómo puede ser que esta situación no haya cambiado a lo largo de los años y que siga perpetuándose con el paso del tiempo?
Da la sensación de que esta situación se ha convertido en un
hecho universal e inamovible. Como si el género lírico fuese inalcanzable y
sólo unas cuantas personas tuviesen el don para comprenderlo y disfrutarlo.
Sin duda alguna, esta visión es del todo errónea. Pero sobre
todo, resulta preocupante y alarmante ya que denota que las escuelas, en todo
este tiempo, no han contribuido a vencer este tipo de concepción o similares. Más
bien, todo lo contrario.
Las escuelas han reforzado esta idea a través de la
metodología empleada. Una metodología, basada en un enfoque estructuralista e
historicista, que limita el aprendizaje a estudiar y a analizar una gran
cantidad de aspectos acerca del poema. Ocasionando de ese modo, que el alumnado
no pueda valorar ni disfrutar, realmente, de un poema en su totalidad.
Así pues, como futuros docentes es nuestro deber emplear
nuevos enfoques metodológicos que contribuyan a un aprendizaje más
significativo y que fomenten la lectura poética. Para ello, será necesario
emplear una gran variedad de recursos, de herramientas y de actividades que despierten
en los alumnos la curiosidad por conocer, valorar e interpretar, por ellos
mismos, cuál puede ser el sentido figurado de un poema. Al mismo tiempo que
permiten que los alumnos adquieran las destrezas necesarias para desenvolverse
con éxito en la lectura de este género literario.
Mediante tales actuaciones, indudablemente, se logrará
despertar un mayor interés sobre el mundo poético, acabando así con
concepciones erróneas y fomentando futuros lectores de poesía; con el fin de
que no sea una minoría quien se beneficie de este género literario, sino todo
el mundo.
Dicho todo esto, a
continuación, os ofrezco la posibilidad de obtener más información acerca de
este tema, a través de los siguientes enlaces:
Este primer enlace se
vincula con un artículo de Isabel Tejerina. Mediante éste, podréis analizar una serie de principios que debemos tener en
cuenta a la hora de trabajar con la poesía y algunas actividades para
trabajarlas en el aula.
Mientras que este segundo enlace, os remitirá a una página
web, mediante la cual se puede descargar una unidad didáctica muy completa sobre
cómo trabajar la poesía en el aula.
En la enseñanza no hay fórmulas. Hay mucha teoría. Hay mucho escrito y mucho que se ha hecho. Como alumnos nos creemos que si hay tanto estudio, tanta investigación en didáctica, nos enseñan tantos métodos y tantos enfoques que se suponen funcionan, me planteo ¿por qué los alumnos no aprenden? ¿qué se está haciendo mal?.
Con esto quiero reflejar que no pienso que sea fácil enseñar nada, pero que es nuestro reto intentar poner en práctica toda esa teoría, es nuestro deber investigar qué es lo mejor, qué funciona o por qué no funciona algo en el aula.
Por esto mismo, desde la humildad y abierto a toda crítica para mejorarla, aporto mi pequeño granito con esta unidad didáctica que se ha planteado con toda la buena intención de que se pueda poner en práctica y funcione, o como he dicho antes ver por qué no funciona para mejorar.
Pienso
que en la profesión de maestro va implícito el ser generoso y compartir
experiencias, recursos y muchas otras cosas que nos puedan servir a todos para
mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. En definitiva, para conseguir que
nuestros alumnos aprendan mejor. Por este motivo, os cuelgo mi Unidad
Didáctica.
Espero que la utilicéis, alguna vez, en vuestra vida como
maestros.
En mi entrada anterior quise destacar la
importancia de aprender a escribir escribiendo. Pues, en mi opinión, si
queremos que los alumnos escriban correctamente y que desarrollen una
conciencia ortográfica, deben leer y escribir constantemente.
Es decir, la ortografía y la escritura se
asimilan leyendo textos y produciéndolos, con la finalidad de poder comparar y
reflexionar sobre lo observado y lo elaborado. Considero que es así como
realmente se logra asentar la escritura y las reglas de ortografía.
Seamos sinceros, ¿sirve de algo
aprenderse de memoria esos recuadros amarillos con las reglas de ortografía y
luego rellenar palabras con huecos, o asimilamos mejor poniendo en práctica
mediante la escritura y comparando mediante la lectura?
En la mente quedan olvidados esos
recuadros amarillos, salvo algunos que los maestros nos grabaron a fuego, y si
lo analizamos, escribimos por inercia porque las palabras las hemos escrito
antes o las hemos leído.
Pues bien, investigando sobre cómo
fomentar la escritura en los Centros Escolares he llegado hasta un proyecto de
innovación educativa bastante interesante. En este se desarrolla la escritura,
la lectura, la búsqueda de información, el uso de las TIC y la creatividad,
junto a otros muchos aspectos.
Se habla muchas veces de la
formación integral que deben recibir nuestros alumnos pero es de todos
sabido que en la mayoría de las escuelas consideran esta simplemente como un
mero aprendizaje de contenidos. No se considera al niño como un
interlocutor activo que nos aporta su identidad, su historia, sus
conocimientos; en definitiva: su vida. No se tiene en cuenta que son personas
que piensan, que tienen sentimientos, que actúan, que se sienten parte del
mundo desde el momento que nacen, que buscan explicaciones y construyen
teorías, que descubren a los demás y los necesitan para conocer, para querer y
quererse.
Sin tener en cuenta todos estos
aspectos es imposible que se dé un verdadero aprendizaje significativo,
el conocimiento de uno mismo, de las propias emociones y de su regulación
y el establecimiento de relaciones personales empáticas y constructivas con los
demás se tiene que realizar conjuntamente con la formación racional.
Por todo esto, es necesario que en
las escuelas se ponga en práctica la Educación Emocional. El área de Lengua y
Literatura puede contribuir organizando por ejemplo, Talleres de creación
literaria en los que los alumnos usen el lenguaje para representar y recrear la
realidad, expresen sus sentimientos, emociones, vivencias, etc. de una manera
propia, personal y exclusiva. Con esta propuesta, se fomentará además la
adquisición de la competencia comunicativa de nuestro alumnado.
El siguiente vídeo muestra el
ejemplo de un colegio en el que se está trabajando ya la Inteligencia
Emocional. Además, explica la importancia de trabajarla y se dan propuestas de
cómo hacerlo.
¡Espero que os guste el vídeo y os
haga reflexionar!
Primer día de Colegio… El maestro entra
en el aula y tras un cordial saludo sus primeras palabras son: “Hacedme una
redacción sobre vuestro verano”. Los alumnos no ponen pegas, unos más animados
que otros, algunos ilusionados por narrar todos los acontecimientos vividos,
otros más pensativos intentado imaginar qué historia le pueden contar al
maestro… Pero, al final, todos entregan sus redacciones. Redacciones que el
maestro corregirá y llenará de marcas rojas señalando las faltas de ortografía,
para después colocar en la esquina superior de la hoja una nota. En el mejor de
los casos, en lugar de una nota, hará que los alumnos escriban 10 veces cada falta
de ortografía, en el peor, hará ambas cosas.
Van pasando los días en el Instituto,
donde la situación no mejora. Nos mandan redacciones y copias a mansalva, más
copias que redacciones. Los profesores meterán miedo a los alumnos indicando
que aquellos que superen un número determinado de faltas, suspenderán.
Por fin, quien haya tenido esa suerte se
encontrará sentado en un aula de la Universidad. Ilusionado por el primer día,
recibirá la primera tarea del docente: “Para mañana deberéis traer hecha esta
práctica con los siguientes apartados… Y lo quiero redactado”. Tras esa última
indicación, el alumno comienza a temblar, la ilusión se desvanece y el miedo
hace mella en él. “¿Cómo redactará esa práctica? ¿Estará a la altura? ¿Hará el
ridículo?” Por supuesto, estas preguntas se las formulará aquel que tenga una
mínima preocupación, también habrá quien no tenga problemas en entregar un
trabajo de cualquier manera.
En definitiva… ¿qué es lo que observamos?
Al principio de nuestra etapa escolar los
alumnos desean expresarse, ya sea de manera más realista o más imaginativa,
pero lo que los niños quieren es que les escuchen y les presten atención. Pero si
tras seis años únicamente escriben redacciones para que el maestro les diga lo
mal que escriben las palabras su ilusión caerá en saco roto y sus ganas por
escribir y expresarse se desvanecerán.
Es así como en la Educación Secundaria
los alumnos han llegado sin motivación ni ganas por expresarse, porque saben
que siempre habrá errores y que dará igual las ideas que transmitan, el maestro
sólo corregirá esa tilde o esa “hache”.
Y es entonces cuando al llegar a la
Universidad el alumno se da cuenta de que todos le han intentando enseñar a no
cometer faltas de ortografía, pero que nadie a lo largo de 12 años le ha
enseñado a escribir, y lo peor es que continúa cometiendo esos errores. Aun así
el alumno lucha por intentar hacerse entender entre un mar de dudas e ideas,
preocupado por cómo escribir tal cosa y por evitar tal falta, y a pesar de eso
tiene que escuchar comentarios sobre… “los estudiantes universitarios no saben
escribir”.
¿No saben escribir? ¿Seguro? O… ¿no les
han enseñado a escribir? Tal vez el problema haya sido que nadie se ha
molestado nunca en explicarles qué es la escritura, la importancia de
expresarse con corrección para que la comunicación no falle y, todavía más
importante, incentivarles a escribir.
Escribir cualquier cosa. Da igual. Eso no
tiene importancia. Pero si escribes, aprendes a escribir. Y sí, la conciencia
ortográfica hay que desarrollarla, pero si logras tener alumnos sin errores en
la escritura pero que no saben expresarse por escrito… tu trabajo no habrá
servido para nada.
Estas reflexiones las he obtenido a lo
largo de cuatro largos años de carrera, en los que he observado atentamente los
escritos de diferentes compañeros y los míos propios.
Posiblemente lo que más me indigne es que
el sistema educativo funcione como una fábrica. Siempre se culpa al producto resultante de ser
fallido o defectuoso, pero no observan si el proceso de elaboración también
tiene algún defecto.
Me ha llamado sumamente la atención un
vídeo-documental en el que se habla sobre la Escuela de Escritura, instaurada
en la Universidad de Alcalá de Henares. Una iniciativa curiosa y a valorar. No
obstante, si se trabajara correctamente la escritura desde los inicios de la
escolaridad, este tipo de escuela no sería necesario.
Espero que lo disfrutéis.
Como apunte, quisiera indicar que este
vídeo forma parte de un programa llamado
Anaqueles Ocultos, con página web propia y que se dedica a hacer
documentales cortos muy interesantes de tema de actualidad. Os lo recomiendo
enormemente.