En la universidad nos han
repetido, una y mil veces, que a la hora de diseñar una unidad didáctica es
imprescindible, por una parte, plantear unos objetivos, unos contenidos y unos
criterios de evaluación claros y concisos. Y por otra parte, especificar el
tipo de metodología a emplear, las actividades a desarrollar, así como, los instrumentos
de evaluación a utilizar. Sin la menor duda, se trata de una lección que hemos
aprendido; prueba de ello, son las unidades didácticas que hemos diseñado en
esta área.
Ahora bien, aunque todas las
unidades comparten la misma estructura, obviamente, no todas se han
desarrollado de igual modo. Por tanto, en ocasiones se puede detectar como
alguna de éstas, por su planteamiento, puede resultar, en mayor o menor medida,
idónea para lograr un aprendizaje significativo.
No obstante, no nos engañemos. Seamos
conscientes, en todo momento, que la estructura de una unidad didáctica no
garantiza que el proceso de enseñanza-aprendizaje resulte, más o menos,
significativo. Esa responsabilidad recae sobre nosotros mismos.
Algunos pueden ser auténticos
genios programando y diseñando unidades. Pero esa habilidad no lo es todo, ni
mucho menos. Porque si no se tiene la capacidad para comunicar y transmitir
conocimientos, si no se tiene pasión cuando se enseña, sino se cree en lo que
se enseña, por muy excelente que pueda resultar una unidad didáctica, el
aprendizaje está condenado al fracaso.
Por esta misma razón, aunque en el
planteamiento de una unidad se puedan detectar ciertos errores, ésto no implica
que el docente esté menos cualificado que el resto. Su cualificación se
demostrará, realmente, durante el desarrollo de las clases. Ya que será entonces,
cuando se podrá observar y valorar si es capaz de detectar los errores que se
habían cometido en el diseño y si tiene la capacidad de reaccionar modificándolos.
Grupo 3
Realizado por: Tania Orts
En realidad, no tengo muy claro si podemos comentarnos entre los propios miembros del grupo, pero en este caso Tania no me he podido contener.
ResponderEliminarSÍ, lo que marcará la diferencia será el docente. Puedes tener la peor unidad didáctica del mundo y en manos de un buen maestro, se convertirá en una revelación. Y, del mismo modo, la mejor unidad didáctica en manos de un maestro mediocre y sin pasión, será tiempo malgastado y recursos útiles tirados a la basura.
Una buena reflexión.
Un saludo,
Valeria Raserón.
Hola Tania, me parece una muy buena reflexión y estoy totalmente de acuerdo contigo y con Valeria. No podemos restarle importancia al planteamiento de las unidades didácticas y a los recursos, pero el papel del maestro es fundamental y es lo que marcará la diferencia en el aula.
ResponderEliminarMaría Verdú.