domingo, 27 de octubre de 2013

Compartiendo experiencias y reflexiones

El año pasado durante el período de prácticas, todos, en mayor o menor medida, pudimos experimentar diferentes situaciones que nos permitieron reflexionar sobre nuestra labor como docentes. Mediante esta entrada, me propongo compartir con todos vosotros una de estas experiencias.

En una clase de tercero de Primaria los alumnos tuvieron que redactar un cuento a partir de las siguientes premisas: primero tenían que realizar una lluvia de ideas para decidir de qué trataría el cuento. Después tenían que ordenar la información para estructurar el cuento en introducción, nudo y desenlace. Y por último, debían revisar lo que habían escrito.

Así pues, a raíz de estas indicaciones un alumno escribió la siguiente historia:
“*Abia una vez un *dragon *yamado Felipo que *tenia una casa en las montañas y *vivia con su abuela la dragona porque no *tenia padres, pero *tenia dos mejores amigos Pepote el oso y Luna la oveja. Felipo Luna y Pepote eran muy buenos amigos y *vivian muchas aventuras los tres, un *dia Pepote *ayudo a Felipo a salir de un *ollo porque *callo cuando *ivan mirando las nubes para ver un *avión, fue muy divertido y *tambien fue muy divertido cuando ellos estaban jugando a piratas y Pepote *salto a un charco y se *mojo todo. Pero un *dia Felipo se puso muy muy triste porque Pepote el oso y Luna la oveja *icieron una fiesta y no le *digeron nada a Felipo. Ese *dia  a Felipo *tambien le fallaron  sus amigos.”

¿Qué observáis en este cuento?; ¿Qué es lo que más os llama la atención?

De manera general, se puede deducir que las respuestas oscilaran entorno a la falta de estructuración del cuento y a la gran cantidad de errores ortográficos que el alumno ha cometido.

Sin embargo, la tutora del alumno no sólo valoró tales aspectos sino que también analizó la historia que estaba contando. De esta manera, pudo reconocer y comprender cuáles eran los sentimientos del niño ya que detectó e identificó, claramente, que se estaba proyectando a través de sus personajes. Puesto que la maestra conocía de antemano que el alumno tenía dos amigos y que pasaba la mayor parte de su tiempo con su abuela. Por tanto, a través del cuento observó como el niño se sentía defraudado o desilusionado tanto con los amigos, como con otra gente.

Así pues, mediante esta situación pude comprobar que resulta fundamental conocer a  los alumnos. Dado que si la profesora no hubiese conocido cuál era la situación del niño, posiblemente, no se habría percatado de sus emociones.

Pero sobretodo, pude reflexionar sobre la importancia de analizar y valorar en las composiciones de los alumnos, no sólo cómo se expresan sino también qué expresan. Pues en ocasiones los niños pueden plasmar, a la vez que ocultar sus sentimientos, a través de las palabras, a través de sus escritos; con lo cual, si prestamos atención a este hecho, tal vez, podamos conocer el trasfondo emocional de un niño y comprender, de ese modo, su conducta o su actitud.


Grupo 3.
Realizado por Tania Orts.

2 comentarios:

  1. Hola Tania,
    Me ha llamado la atención tu entrada, puesto que nunca me había planteado el poder "analizar" a un alumno a través de sus escritos. Siempre hemos oído que los niños hablan a través de sus dibujos, pero tienes toda la razón también pueden hablar a través de lo que escriben.
    Pienso que muchas veces el problema está en el tipo de composiciones que los docentes envian para que sus alumnos realicen y desde aquí quiero decir que una de las cosas más relevantes a mi parecer o que más me han llamado la atención durante la carrera, ha sido el que los profesores de lengua nos enseñen a elaborar actividades de composición escritas a través de un enfoque comunicativo y dejar de lado las redacciones tradicionales de contar qué han hecho durante sus últimas vacaciones.

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  2. Hola.
    Tania, me ha gustado mucho tu entrada, ya que veo que es imprescindible conocer a nuestros alumnos y saber cómo se siente en cada momento para poder ayudarles. Y me he dado cuenta, con lo que has publicado, que a través de la escritura podemos conocer los sentimientos y las inquietudes que tienen los niños, y como bien dices a través de sus escritos podemos llegar a comprender porque muestran un comportamiento u otro.
    Gracias por tu aportación.

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